miércoles, febrero 20, 2008

De la deriva técnica de nadie


Cuyo duerme y el mundo ronca. Mientras tanto el serrucho funcional del sueño le marca los bajos a la melodía. Y nadie entiende nada, nada. Nadie entiende nada. Nadie.
Nada.

A principios del SXVII Francis Bacon, docto-anglo-canciller, lanza un feroz ataque contra los ídolos (eidola), preconceptos sociales o individuales, linguísticos o tradicionales que obnubilan la relación de observación pura entre el bicho Hombre y el nido Naturaleza. La naturaleza está allí, el acontecer es comprensible y, por la tanto, modificable. Es el esperado retorno del aristotélismo descristianizado que sienta los fundamentos para la futura fabricación de multiprocesadoras Braun en Tierra del Fuego. Francis Bacon y la industria son hitos en una misma línea y, a la vez, Francis Bacon y la industria no tienen un catzo que ver. Francis Bacon es ahora un ídolo, un ídolo olvidado.
La multiprocesadora es inolvidable.

Cuyo se despierta y la melodía es ahora un roquido. Un bajo rítmico que el mundo entiende perfectamente. Nadie es una idea imposible y nada una mala palabra.

A cada cacareo le corresponde un electrodoméstico.
A cada boludo le corresponde un sexto de su propio olvido.

Reclámelo.

7 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Aquellos indios de Saer que llevaban los cuerpos con la muerte caliente al festival caníbal y luego, en plena orgía antropofágica, se los veía a lo lejos, asando un pescadito fresco.
Aquel gallo silencioso, entre gallinas cacareantes, sin derecho, sin misión, satisfaciendo con asco el rugir de la reproducción.
Aquel pensamiento incompartible; el sinsabor de un acuerdo, el hilo incansable de la opinión, otro modo más de la perpetuación.
No hay diferencias entre opinar y comprar un aire acondicionado.
Aquella sensación del fin, presente en el pasado.
Aquel anhelo de vida, en un mundo de fantasmas, de muertos voluntariosos, sin figura, sin espesor.
Aquel dolor auténtico, entre tanto sufrimiento espurio, laxo, sin presencia y que, a poco de abstraer, se universaliza como zombie.
Aquel pensamiento sin destino, entre tanta orden de pensar para mejorar el mundo.
Nada es ni será claro ya. Viene así y seguirá por mucho tiempo. Más que cualquier desnivel de las aguas, más que el apagón superextenso.
El mundo de los condenados.
Soy Cuyano: fragancia para una nariz inédita, que repite épocas sin edición. El olor estará disponible, tal vez, allí donde no habrá mundo.

12:29 p. m.  
Blogger Frabrizio said...

Si leo a Nietzsche mientras tomo licuado de bergamota hecho con licuadora, ¿entro en contradicciópn? Y si tomo un jugo de naranja exprimido por mis propias manos que sembraron y cosecharon el jugoso adminículo vegetal, mientras leo un archivo pdf con los fragmentos póstumos de Nietzsche, ¿me contradigo?
¿O me repito?

8:41 p. m.  
Blogger - said...

¡¿?!...
Pero, bueh...

2:21 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

La contradicción no tiene nada que ver con actos, es una cuestión exclusiva del pensamiento.
Los que la remiten a acontecimientos son los enfermos llenos de voluntad de juzgar. Suelen ser amorosos y muchas veces ganan premios, pero eso sólo es prueba de lo grande que puede ser un hospital.

11:28 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

osea que se repite

12:03 p. m.  
Blogger Lou said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

5:21 a. m.  
Blogger Laura Gomez said...

la mala educacion: bastante.

4:50 p. m.  

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