Estás sentado, estás aquí, vas por-allí-para-allá y te asalta un pensamiento, o te toma un dato exterior y no te suelta. Como Alicia, un destello representativo cae en el fondo oscuro llamado "interior" y en su carrera centrífuga crece y crece su embrujo.
Así, aquélla vez, el rumor, la voz escrita, el hojear, la atención de estar justo ahí, atento, dijo -y la sombra de un pensamiento sin imagen no te abandona, ¿te ves?-
"Es necesario detener los nacimientos los próximos treinta años".
Leelo de nuevo. Se dirige al capaz de detener un instante sus conductas. ¿Quieres pensar? Sospecha primero una creencia, una aceptación. No dejes que "yo" disponga su negación centrípeta. Mira a la frase, luego, lo más luego que puedas, a tu reacción.
"Un esfuerzo más..." entendió Sade cuando de su invencible ventana contemplaba los efectos del movimiento revolucionario francés.
"Es necesario detener los nacimientos los próximos treinta años", ¿no es la frase perfecta de una ONG? ¿No sostiene el máximo esfuerzo de la lucha por la vida?
La frase, ¿es ambientalista?
No lo sé. Aún. Dime. ¿Puedes?